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​El día 19 de noviembre de 2019 tuvimos la alegría de compartir con los mayores de la Residencia de Ancianos Santa Teresa Jornet Ciudad Real, un convivio de gran provecho para todos, además de poder confortarles distribuyendo un bonito recuerdo de una balconera del Niño Jesús. Estando juntos a ellos fue de gran ayuda para soportar los sufrimientos que estaban viviendo. 

Creo que todos nosotros tenemos un poco de terapeuta ocupacional, pues tenemos que ayudar a las personas que necesitan de ayuda a participar en las actividades significativas de la vida diaria, especialmente con los ancianos, ya que a menudo tienen necesidades especiales que pueden afectar su capacidad para llevar una vida plena y satisfactoria.

 

 

 

 

La atención a los ancianos es vista como una parte esencial de nuestra responsabilidad como seres humanos. La enseñanza católica nos dice que debemos respetar y cuidar a los ancianos, ya que son una fuente de sabiduría y experiencia valiosas. El cuidado de los ancianos es también una forma de cumplir con el mandamiento de Jesús de amar al prójimo como a uno mismo.

En la literatura, los ancianos a menudo se representan como figuras sabias y respetadas, capaces de ofrecer consejos y orientación a los más jóvenes. Por ejemplo, en la obra de William Shakespeare «El Rey Lear», el personaje principal es un anciano que debe lidiar con las consecuencias de sus propias decisiones mientras intenta proteger a su familia y su reino. La obra nos muestra la importancia de respetar y valorar a los ancianos, incluso cuando sus decisiones no parecen ser las más acertadas.

 

 

 

También podemos ayudar a los ancianos a encontrar nuevas formas de participar en actividades significativas. A medida que envejecemos, nuestras habilidades y capacidades pueden cambiar, lo que puede dificultar la realización de ciertas actividades.

Sin embargo, la terapia ocupacional puede ayudar a los ancianos a encontrar nuevas formas de participar en actividades que les gusten y les den un sentido de propósito y significado.

Por ejemplo, podemos trabajar con los ancianos para ayudarles a adaptar su entorno doméstico para que sea más accesible y seguro. También podemos ofrecer terapia ocupacional para ayudarles a mejorar su memoria y su capacidad para comunicarse con los demás. Otra forma en que podemos ayudar a los ancianos es mediante la enseñanza de técnicas de relajación y manejo del estrés, lo que puede ayudarles a lidiar con la ansiedad y el estrés que a menudo acompañan el envejecimiento.