fbpx
André Ferreira
Publicado: mayo 19, 2023

Entregando nuestras preocupaciones a Dios: la poderosa práctica del abandono

 

El abandono en las manos de Dios es un tema que ha sido explorado en la literatura religiosa y espiritual desde hace siglos. Se trata de la práctica de confiar plenamente en Dios, de entregarse a Él y permitir que guíe nuestras vidas en lugar de tratar de controlar todo lo que nos sucede.

En la práctica, el abandono en las manos de Dios implica una entera disposición a dejarse llevar por el acto continuo de fe y a confiar en que Dios tiene un plan para nosotros, incluso cuando las circunstancias puedan parecer desfavorables o inciertas.

Esta idea de abandonarse a Dios es, en muchos sentidos, un acto de humildad. Es reconocer que nuestras habilidades y recursos son limitados y que necesitamos de la ayuda divina para lograr nuestros objetivos y encontrar la paz interior. Al abandonarnos a Dios, nos liberamos de la carga de tener que controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, y podemos aceptar la realidad tal como es.

En las Escrituras, encontramos varios ejemplos de personas que practicaron el abandono en las manos de Dios. El profeta Jeremías, por ejemplo, en medio de la adversidad, oró: «Acuérdate de mi aflicción y de mi abandono, del ajenjo y del veneno. ¡Mi alma los recuerda y se abate dentro de mí! Pero esto quiero traer a mi memoria, lo cual me da esperanza: Que las misericordias del Señor nunca terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; grande es tu fidelidad» (Lamentaciones 3:19-23).

Jesús mismo enseñó a sus seguidores a confiar en Dios y a abandonarse a Él. En Mateo 6:25-34, por ejemplo, les dijo que no se preocuparan por las necesidades diarias de la vida, como la comida o la ropa, porque Dios cuida de los suyos. En lugar de preocuparse, les aconsejó que buscaran primero el reino de Dios y su justicia, y que confiaran en que todas las demás cosas les serían dadas por añadidura.

Este mensaje es especialmente importante en un mundo que a menudo nos presiona para que tengamos éxito y control sobre nuestras vidas. La idea de abandonarse a Dios puede parecer contraintuitiva, especialmente para aquellos que quieren tomar el control de sus vidas y asegurarse de que todo salga según lo planeado.

Sin embargo, la verdad es que nunca podemos tener un control completo sobre nuestras vidas. Siempre hay factores externos que pueden influir en nuestros resultados, y siempre hay eventos impredecibles que pueden afectar nuestra situación. Al aceptar esto y confiar en Dios, nos liberamos de la ilusión de control y podemos encontrar la paz interior y la serenidad necesarias para enfrentar los desafíos de la vida.

La entera disposición de dejarse llevar por el acto continuo de fe, «ocúpate Tú de ello», es una forma práctica de aplicar este principio en nuestra vida cotidiana. Al decir esto, estamos reconociendo que no podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor y que necesitamos confiar en Dios para guiarnos. Es un recordatorio de que debemos estar abiertos a los planes de Dios para nosotros, incluso si no siempre entendemos lo que está sucediendo o si no es lo que esperábamos.

De hecho, la entera disposición de dejarse llevar por el acto continuo de fe, «ocúpate Tú de ello», puede ser especialmente útil en tiempos de incertidumbre o dificultad. Por ejemplo, cuando enfrentamos problemas en nuestras relaciones, salud, finanzas o trabajo, puede ser fácil sentirse abrumado por la situación y tratar de controlar todo a nuestro alrededor.

Sin embargo, al poner nuestra confianza en Dios y en su guía divina, podemos experimentar una paz interior y una mayor claridad sobre cómo abordar nuestros desafíos. Esto no significa que dejemos de hacer nuestro mejor esfuerzo o que no tomemos medidas prácticas para resolver nuestros problemas, sino que reconocemos que hay una fuerza más grande que nos guía y nos sostiene.

Por supuesto, es importante recordar que la entera disposición de dejarse llevar por el acto continuo de fe, «ocúpate Tú de ello», no es una fórmula mágica para resolver todos nuestros problemas. La vida sigue teniendo sus altibajos, y a veces las cosas no suceden como esperamos o queremos. Pero al confiar en Dios y en su amoroso plan para nosotros, podemos encontrar la fuerza y el coraje para seguir adelante incluso en los momentos más difíciles.

La aceptación del abandono en las manos de Dios es una de las enseñanzas más poderosas y profundas en la espiritualidad cristiana. Consiste en entregar nuestros problemas y preocupaciones a Dios y tener fe en que Él los resolverá según su voluntad. Esta actitud requiere una entera disposición de dejarse llevar por el acto continuo de fe, es decir, confiar en que Dios está a cargo y que, independientemente de lo que ocurra, Él siempre tiene un plan para nosotros.

Esta idea puede parecer difícil de aceptar al principio, especialmente si estamos acostumbrados a controlar cada aspecto de nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos rendimos a Dios y confiamos en Él plenamente, experimentamos una sensación de paz y liberación que no se puede describir con palabras.

La frase «ocúpate Tú de ello» resume perfectamente esta actitud de abandono en las manos de Dios. Es una invitación a dejar de preocuparnos y a confiar en que Dios se encargará de todo. Pero, ¿cómo podemos cultivar esta actitud en nuestras vidas diarias?

En primer lugardebemos aprender a soltar el control y dejar que Dios tome el timón. Esto puede ser difícil, especialmente si estamos acostumbrados a tomar nuestras propias decisiones y resolver nuestros problemas de manera independiente. Sin embargo, la verdad es que Dios es el creador del universo y tiene un plan para nuestras vidas. Si confiamos en Él, podemos estar seguros de que Él nos guiará por el camino correcto.

En segundo lugardebemos aprender a confiar en Dios en todo momento y en todas las circunstancias, incluso cuando las cosas parezcan estar en su peor momento. Es fácil tener fe cuando las cosas van bien, pero cuando enfrentamos dificultades, es cuando nuestra fe es realmente puesta a prueba. En esos momentos, es importante recordar que Dios siempre está con nosotros, y que nunca nos abandona.

En tercer lugardebemos aprender a tener una actitud de gratitud y agradecimiento en todo momento, incluso cuando las cosas no salen como esperábamos. Cuando nos enfocamos en lo que tenemos en lugar de en lo que nos falta, somos más capaces de confiar en Dios y de ver su mano en nuestras vidas.

María es un modelo de abandono a la voluntad de Dios. Este es un aspecto clave de la fe cristiana, ya que implica dejar de lado nuestras propias ambiciones y deseos para seguir la voluntad de Dios. La Virgen María es un modelo perfecto de este abandono, ya que aceptó humildemente el plan de Dios para su vida y se entregó completamente a su voluntad.

Finalmente, es importante recordar que el abandono en las manos de Dios no significa que debamos sentarnos y esperar a que Él haga todo el trabajo por nosotros. Debemos hacer nuestra parte en la vida y trabajar arduamente para alcanzar nuestras metas y objetivos. Sin embargo, cuando hacemos nuestra parte y confiamos en Dios para lo demás, somos capaces de experimentar una paz y una alegría que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.

En conclusión, el abandono en las manos de Dios es una actitud de confianza y fe que nos permite dejar nuestros problemas y preocupaciones en manos de Dios y confiar en que Él tiene un plan para nuestras vidas. A través de esta actitud, podemos experimentar una sensación de paz y liberación que no se puede describir con palabras. Al cultivar esta actitud en nuestras vidas diarias, podemos aprender a confiar en Dios en todo momento y en todas las circunstancias, y podemos experimentar una vida llena de gratitud y agradecimiento.